Mirando el ocaso podemos encontrarnos con el más allá, con nosotros mismos, con los límites imposibles, con el futuro, con el pasado, con no se muy bien qué. Pero siempre nos estimula, nos da esperanza por más incierto que sea. Una esperanza a veces cargada de nostalgia, a veces de miedo a veces de pánico a dejar pasar el tiempo por lo que se lleva, por lo que no volverá. No estamos acostumbrados a vivir aquí y ahora, a aceptar las cosas como son y como están, siempre anhelamos un futuro diferente.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Durante el embarazo

CUANDO DEJE DE ADAPTARME Y EMPECÉ A PEDIR